15 de Julio, 2025 - Conoce el amor de Dios

Conoce el amor de Dios

15 de Julio, 2025

Romanos 5:5 “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.

¡Todos necesitamos una amolución! "¿Qué es una amolución?", te preguntarás. Es una revolución del amor de Dios. Para tener una amolución, necesitamos comprender el amor de Dios para poder recibirlo y compartirlo con los demás. Así que, comencemos hablando de la clase de amor que tiene Dios.

Es un amor que fue dado a la humanidad antes de que lo mereciera. La Biblia dice que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8). Él nos envió su amor mientras éramos pecadores. Nos amó mientras vivíamos en nuestros pecados. No pensábamos en Él, pero siempre estábamos en su mente. Nos amó con un gran amor, incluso cuando estábamos muertos en nuestros pecados (Efesios 2:4-5). Dios nos amó primero; ese es el amor de Dios.

Cuando pienso en el amor del Padre por nosotros, siempre me conmueve el relato del hijo pródigo que Jesús nos contó en Lucas 15. Hay cosas en este relato que, al meditar en ellas, experimentas de nuevo el amor del Padre. Al pensar en su gran amor por nosotros y en cuánto anhela estar con nosotros, te llenará el corazón. Me parece que el Padre siempre esperaba que su hijo descarriado volviera a casa. Aunque recibió su herencia y la gastó en lo que yo llamo vino, mujeres y canciones, el Padre seguía buscándolo a diario. Cuando el hijo regresó a casa, el Padre no lo regañó ni lo menospreció. La Palabra dice que el Padre tuvo compasión de él. Hubo gran regocijo; hubo fiesta. El hijo fue restaurado. El hijo regresó dispuesto a ser siervo, pero el Padre le dijo: «De ninguna manera; eres mi hijo». Le pusieron una túnica, zapatos en los pies y un anillo de sello en el dedo. Restauración completa: ¡ese es un Padre amoroso! El amor de Dios es incondicional; ese es el amor de Dios.

Cuando Dios ama, da lo mejor de sí. ¿Cómo lo sé? Tú también. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito (Juan 3:16). Dios nos dio lo mejor de sí: ¡nos dio a Jesús! Jesús, al tomar nuestro lugar en la cruz, demostró este amor divino. Este amor entrega su vida (Juan 15:13; Romanos 5:6-7). Por su amor hacia nosotros, dio su sangre para que pudiéramos ser hijos de Dios. El amor de Dios da lo mejor de sí; ese es el amor de Dios.

Cuando tú y yo encontremos este amor, cambiará nuestra vida. Recuerda cuánto te ama el Padre y comparte este amor con todos tus conocidos. Su amor está en ti (Romanos 5:5), para que puedas mostrar este mismo amor a todos los que conozcas.

Pr. Mark Garver