24 de Abril, 2025 - Espada del Espíritu
Espada del Espíritu
24 de Abril, 2025
Efesios 6:17 “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios”.
La espada del Espíritu es una parte muy conocida de la armadura de Dios. Es la palabra hablada, o el Rhema que sale de tu boca. Esta palabra «espada» viene de la palabra original «machaira». Esta espada era un arma brutal de asesinato usada por el soldado romano; era afilada por ambos lados, con un pequeño gancho en la punta para acabar con el enemigo de una manera brutal.
En Hebreos 4:12 y Apocalipsis 1:16, vemos el término «espada de doble filo». La palabra «doble filo» viene de la palabra «distomos», y significa de dos bocas. Es decir, Dios dice y luego, nosotros tenemos que decir. No se convierte en una espada de dos filos hasta que hablamos un Rhema, una palabra de la Palabra hablada por fe, contra el enemigo. «La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos», como dice en Hebreos 4:12, y Apocalipsis 1:16 dice esto acerca de Jesús, “...y de su boca salió una espada aguda de dos filos”.
Podemos ver claramente la intención de usar esta espada de dos filos contra el enemigo cuando miramos a Jesús en el desierto (Lucas 4:1-13). Cuando Satanás tentó a Jesús, Él sacó Su espada, habló la Palabra escrita de Dios (logos), y al salir de Su boca, porque fue hablada por fe, se convirtió en un rhema. Eso es lo que lo hace un distomos (rhema).
Debemos tener el logos (el cinturón de la verdad) que se convertirá en un Rhema cuando sea hablado por fe, la coraza de justicia, nuestros zapatos de paz, el yelmo de la salvación, y al frente el escudo de la fe; pero si nunca usamos nuestra espada hablando un Rhema, el diablo correrá sobre nosotros. Tenemos que poner al diablo a correr con la Palabra de Dios saliendo de nuestra boca en fe. Tenemos que responder al diablo; cualquier pensamiento, acusación, tentación, o cualquier otra cosa que él traiga debe ser respondida con un Rhema.
Para responder con, «Está escrito,» debemos saber, o al menos ser capaces de encontrar claramente donde está escrito. Si te sorprendes diciendo, «Bueno, yo solo creo,» entiende que lo que «sólo crees» no es suficiente para deshacerse del diablo. Debes responder al diablo con: «¡Está escrito!». Igual que cuando Jesús respondió a la higuera cuando no tenía higos, y cuando habló a la tormenta, a los cadáveres, a los espíritus malignos, a las fiebres y al mismo diablo. Tú y yo debemos hacer lo mismo. Nunca dejes que el diablo tenga la última palabra. Habla la Palabra de Dios escrita y se convertirá en un Rhema en tu boca y con esa espada de dos filos correrás al diablo.
Pr. Mark Garver