23 de Julio, 2025 - ¡Lo tengo!
¡Lo tengo!
23 de Julio, 2025
1 Juan 5:15 “Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.
La cuestión no es que Dios responda nuestras oraciones, sino que nos escuche. Este escuchar no es una escucha física. Dios conoce nuestros pensamientos; sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos, pero debemos pedir. La Palabra es clara: no tenemos porque no pedimos. Parece ser legal que Dios necesite que le pidamos. Como Juez justo, ha establecido un sistema para poder intervenir legalmente en nuestras vidas a través de la oración. Incluso tenemos la ventaja de poder orar en el nombre de Jesús gracias al pacto que tenemos con él.
No es que pedir sea todo lo que hay que hacer. También se nos dan algunas instrucciones en Santiago 4:3: «Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastarlo en vuestros deleites». Esto se refiere a la lujuria de nuestra carne y a la amistad con el mundo. ¿Qué nos impide pedir cosas que solo satisfacen los deseos de la carne? La Palabra es clara: si pides para satisfacer los deseos de tu carne, no recibirás de Dios. Esto nos lleva a Juan 15:7, donde se nos dice que permanezcamos en Él y dejemos que Su Palabra permanezca en nosotros. Permanecer en Jesús nos mantendrá en la voluntad de Dios, pidiendo sólo lo que es Su voluntad, según Su Palabra. Recuerda, la voluntad de Dios no es difícil de descubrir. Está escrita. Y el Espíritu Santo es un gran comunicador. Él puede hacerte saber la voluntad del Padre en cada área de tu vida.
Cuando termines de orar, debes creer que la tienes. Marcos 11:24 dice que cuando oras, debes creer que la recibes. ¿Cuándo? En el momento en que dices "Amén", debes saber que tienes la petición que hiciste, que la recibiste en el momento. Nuestra Escritura dice: "Sabemos que tenemos las peticiones que le hicimos". La fe es una persuasión. Cuando estés plenamente convencido de que lo tienes antes de verlo, lo tendrás. Debes tener cuidado de que, después de decir "Amén", no empieces a buscar en este ámbito natural ni a dudar. Cuando oraste por la voluntad de Dios, Él te escuchó; y si te escuchó, ¡entonces lo tienes! Así que, ¡No nos queda más por hacer que alegrarnos!
Pr. Mark Garver