30 de Julio, 2025 - ¡Fortalecido por el gozo!
¡Fortalecido por
el gozo!
30 de Julio, 2025
Nehemías 8:10 “Entonces les dijo: «Id, comed grosuras, bebed vino dulce, y enviad porciones a quienes no tienen nada preparado; porque este día es santo para nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo del Señor es vuestra fuerza»”.
Permítanme presentarles el contexto para nuestro versículo. La última parte de este versículo es muy popular, y es asombroso que el gozo del Señor sea vuestra fuerza. Es un versículo y un concepto muy poderoso que debemos tener presente. Nehemías había sido enviado por Dios para reconstruir la muralla de Jerusalén. Este era su llamado externo. Era lo que la gente podía ver: quitar el oprobio de Israel. Pero lo que todos desconocían era que el propósito mayor de Dios era restaurar la Palabra del Señor a Israel. Después de terminar la muralla, y de que se quitara el oprobio de Israel, junto con resolver algunos problemas internos del pueblo, llegó el momento de la santa lectura de la Palabra de Dios. Esdras, el sacerdote, leyó la Palabra y enseñó al pueblo su significado; y el pueblo comenzó a lamentarse y a llorar porque escuchaban la Palabra de Dios por primera vez en mucho tiempo. Nuestro versículo viene después de que el pueblo alzó las manos, inclinó la cabeza y se arrodilló en reverencia y honor a la santa Palabra del Señor. Esdras decía que era hora de regocijarse, de comer bien, de beber algo dulce, de asegurarse de que todos tuvieran algo bueno para comer y beber, porque este era un día santo. Así que, dejen de estar tristes; dejen eso de lado; déjenlo ir ahora.
Me recuerda al Salmo 30:11 que dice: «Convierte nuestro lamento en danza». Veamos ese versículo en la NVI: «Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa áspera y me vestiste de alegría». Eso es lo que Esdras dijo que era el siguiente paso en esta celebración: celebrar lo que Dios ha hecho. Él decía que la Palabra les había sido restaurada, así que ahora era momento de llenarse de alegría y celebrar. Lo mejor de la alegría es que es consecuencia del regocijo. La Biblia dice que ocurre cuando, por decisión propia, te llenas del gozo de Dios: la fuerza viene. Tenemos que elegir regocijarnos con un gozo indescriptible, y entonces, llega la gloria. Así que, cuando me regocijo con el gozo del Señor, el resultado es que la fuerza llega a mi espíritu, alma y cuerpo. Confiésalo: «¡El gozo del Señor es mi fuerza!».
Pr. Mark Garver