22 de Octubre, 2025 - Sigan solo su voz

Sigan solo su voz

22 de Octubre, 2025

Juan 10:5 “Y a un extraño no le seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.

Un extraño tratará de alejarte de Jesús y del rebaño al que Él te ha asignado. Debemos ser conscientes de que el diablo, el extraño, siempre está tratando de que lo sigamos. Me parece que o seguimos al Buen Pastor o seguimos al extraño. No solo no debemos seguir al extraño, sino que se nos dice que huyamos o corramos de él. Esto me dice que no debemos jugar con esto, es decir, ni siquiera escuchar un poco al extraño, ni quedarnos donde el extraño está guiando y dirigiendo al mundo.

El Buen Pastor y el extraño tienen dos agendas muy diferentes. Creo que el Señor ve a este falso pastor, a este extraño, como un enemigo. La Biblia dice claramente: «Ser amigo del mundo es ser enemigo de Dios». El extraño es el pastor del mundo y de este sistema mundial. Nuestro Buen Pastor, el Señor, está tratando de proteger a sus ovejas de los lobos y del extraño que trataría de alejarlas de su muy capaz protección. ¡Huye del extraño! Como conoces la voz del Buen Pastor, también puedes saber cuando la voz de un extraño te habla, o intenta guiarte y dirigirte, que esa no es la voz del Buen Pastor, que no es la guía del Señor. En otras palabras: «No conozco esa voz y no la sigo porque no sé quién es».

A menudo le digo a la gente que la pastora Rhonda es «Susy Seguridad», y que, independientemente de la situación, ella ya ha descubierto la forma más segura de atravesarla. Así que, aunque sé que tus intenciones son buenas, si mi esposa está cerca y grita una cosa y tú gritas otra, yo voy a hacer lo que ella dice. ¿Por qué? Porque ella me ha demostrado que sabe de lo que habla. Y, como conozco su voz, no tengo que preguntar: «¿Quién es?». Cuando me llama desde el otro lado de la habitación, sé que es ella. Conozco su voz y puedo seguirla en la situación más difícil. Cuánto más grande es conocer la voz del Señor, para que no sigas la voz de un extraño.

Pr. Mark Garver