02 de Diciembre, 2025 - Amabilidad
Amabilidad
02 de Diciembre, 2025
Colosenses 3:12 «Por lo tanto, como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de entrañable misericordia, amabilidad, humildad, mansedumbre y paciencia».
Comencemos con las primeras palabras de Pablo en esta escritura: «Por lo tanto, como elegidos de Dios». Estas palabras marcan la pauta para el resto del pasaje. Él está diciendo: debido a que ustedes son los elegidos de Dios, así es como deben vivir y demostrar un carácter piadoso como pueblo elegido de Dios. Les recuerda a los creyentes quiénes son: elegidos, apartados y amados por Dios. Debido a esa identidad, la bondad no es opcional, sino que se espera de ellos.
Sabemos que la bondad es un fruto del Espíritu, como se afirma en Gálatas 5:22:«Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad».
Echemos un vistazo más de cerca a la palabra bondad en un sentido bíblico. Su definición griega le da un significado profundo. Afirma que la bondad es útil, provechosa y servicial. Es la bondad que se puede usar para lo que realmente se necesita en el momento. Esta bondad es producida por el Espíritu para satisfacer necesidades reales, a la manera de Dios y en Su momento.
Esto va más allá de las palabras. Se traduce en acciones. El Espíritu Santo alinea nuestras acciones con el corazón de Dios, guiándonos para ayudar a los demás según Su tiempo y propósito. Cuando nos rendimos a Su guía, nuestra compasión se convierte en algo más que un sentimiento, se convierte en un reflejo del amor de Dios en acción.
En otras palabras, ser amables no es algo que hacemos cuando nos conviene, es lo que estamos llamados a ser. Como pueblo elegido de Dios, representamos Su naturaleza. Puesto que Dios es bondadoso, Sus hijos deben reflejar esa misma bondad. Dicho esto, este tipo de bondad no se basa en cómo te sientes o en si alguien la merece. Fluye del carácter de Dios dentro de ti. La verdadera bondad es un reflejo de la gracia de Dios, dada libremente, incluso cuando no se ha ganado. Cualquier otra forma de bondad es bondad mundana. Puede parecer buena por fuera, pero carece del corazón de Dios. La bondad mundana dice: «Seré bondadoso si tú lo eres conmigo» o «si me beneficia». Se basa en cómo te sientes en ese momento.
Cuando Jesús mostraba bondad, nunca era vacía, sino útil y provechosa. Alimentaba a los hambrientos, sanaba a los enfermos y consolaba a los que sufrían. Su bondad satisfacía necesidades reales, tanto físicas como espirituales.
Sí, el Espíritu Santo nos da el poder para ser amables, pero también requiere una entrega continua por nuestra parte. El poder para mostrar una amabilidad verdadera, semejante a la de Cristo, ya está dentro de nosotros, pero solo fluye libremente cuando entregamos nuestra voluntad, nuestras emociones y nuestras reacciones a Dios. Esta entrega significa hacer una pausa antes de responder, permitiendo que el Espíritu guíe tus acciones y palabras en lugar de tus sentimientos.
Pr. JC Hopkins