17 de Marzo, 2025 - La respuesta conduce a la victoria

La respuesta conduce a la victoria

17 de Marzo, 2025

Salmo 105:19 “Hasta el tiempo en que vino su palabra: la palabra del Señor lo probó.

A veces, lo que hacen otras personas en nuestra vida, sus decisiones o elecciones sobre las que no tenemos control, pueden parecer poner en peligro nuestro futuro, nuestra felicidad, nuestra forma de vivir e incluso nuestro destino. Cómo respondamos en esas situaciones determinará nuestro futuro. Debemos decidir no dejar que nadie descarrile lo que Dios tiene para nosotros. Debemos decidir sacar lo mejor de cada circunstancia y de cada situación. Todos nosotros hemos sido puestos en situaciones difíciles que no se parecen a lo que Dios ha prometido. No se parece al sueño que Dios nos dio, como le pasó a José. Estoy seguro de que cuando tuvo el primer sueño, estaba muy emocionado. Después de todo, era un sueño de Dios. No era algo que él estuviera buscando o pidiendo; Dios se lo dio. Sin embargo, José no sabía los pasos que tendría que dar para que esos sueños se hicieran realidad. Dios siempre te promete la victoria. El promete que siempre vencerás, pero para llegar a la victoria y vencer, primero tienes que pasar por una batalla. Tu y yo preferiríamos no pasar por las batallas de la vida, pero, desafortunadamente, porque vivimos en la Tierra con toda esta gente que hace todo tipo de elecciones locas, tenemos batallas. Y para ser justos, tú y yo hemos causado algunas de ellas.

José había salido a dar un paseo, por encargo de su padre, para llevar algo a sus hermanos, y eso puso a José en un camino que nunca esperó; pero Dios sabía que ese camino pondría un día a José en el mismo lugar en el que su sueño se cumpliría. La forma en que José respondió a cada situación de su vida está documentada para nosotros, por el Espíritu Santo, como un ejemplo de cómo responder para que tu destino se haga realidad. Podemos ver entre bastidores la vida de José y su llamado en los Salmos, donde obtenemos esta mirada inusual, para que podamos entender mejor lo que le estaba sucediendo a José y lo que nos está sucediendo a nosotros también. El Salmo 105:19 (NTV) dice: «Hasta que llegó el momento de cumplir sus sueños, el Señor probó el carácter de José». Las situaciones vienen y cómo respondemos a ellas, especialmente cuando no son culpa nuestra, realmente nos dice mucho sobre quiénes somos y si cumpliremos nuestro destino. José fue vendido como esclavo a propósito. Sus hermanos dijeron: «¡Mirad! Viene el soñador». Iban a matarlo, pero su hermano Rubén lo salvó. José fue vendido a Potifar. Allí, José fue agraciado y ungido por Dios y ascendió a segundo al mando. La Biblia dice: «Dios estaba con José». El Señor bendijo la casa de los egipcios por amor a José, y todo aquello en lo que José ponía sus manos era bendecido. Potifar dejó de vigilar sus cosas porque confiaba tanto en José. Entonces, ¿sabes qué pasó? La mujer de Potifar encontró atractivo a José, e intentó seducirlo, pero él no cedió ante ella. Como estaba despechada, mintió sobre José y lo que había sucedido. José tuvo otra oportunidad de responder en una situación sobre la que no tenía control, y terminó en prisión.

Parece que está retrocediendo, y su sueño está siendo descarrilado por esa mujer viciosa, pero, de alguna manera, parece que José mantuvo su buena actitud y terminó como segundo al mando de la prisión. Allí, Él respondió correctamente otra vez. ¡Lo admiro! Mientras estaba en prisión, terminó interpretando sueños. Algunos podrían haberle dicho a Dios: «¡Oh, no! ¡De ninguna manera! Saca esos sueños de aquí», pero no José. Él interpretó los sueños y dijo: «Acuérdate de mí». Por supuesto, el que vivió no lo hizo; ¡no hasta que llegó el momento! ¡El día del cumplimiento se acercaba! ¡De repente! La gran habilidad de posicionamiento de Dios tenía a José en el lugar correcto en el momento correcto listo para hacer lo correcto. Entonces, José interpretó el sueño del Faraón y, de repente, José estaba en posición como segundo al mando; la misma posición que tenía en la casa de Potifar, en la prisión, y que ahora tenía en Egipto, lo que lo puso en posición de salvar a su familia. El sueño se cumplió. ¡Dios también cumplirá todos tus sueños! Sólo responde como José respondió, ¡y llegarás a tu destino también!

Pr. Mark Garver

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